98 km, 1300 metros acumulqdos y 10 horas de camino.
Hoy ha sido una de las etapas más duras, hasta el momento. Al margen de los 98 km, del constante sube y baja y del calos sofocante, despues de comer, y a pesar de que mi amigo Antonio nos havía avisado de la dureza de la subida por el camino para llegar a Gijón, nosotos, más chulos que un ocho, decidimos querer experimentar en nuestas propias carnes, la experiencia de cargar con las bicicletas, las alforj y todo su contenido, a cuestas, durantr algo más de una hora, por un camino tan empinado y pedragoso que ni las cabras montesas se atreverían a subir.
Tal era la dureza l mismo que los peregrinos que iban caminando, cargados con sus mochilas, nos sacaban ventaja, y no poca.
Una vez pasado esto, y llegando a nuestro destino, el Camping Deva -nuestro alojamiento- nos deleitaba con una noche de fiesta en la que nos pudimos tomar una buena cena y disfrutar de las actuaciones programadas para los campistas: Pasodobles, bals y otros géneros musicales que, algunos osados danzarines, se atrevion a bailar entre vítores y aplausos.
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